14 octubre, 2011

Jaén perderá cosecha si no llueve en octubre sobre su mar de olivos

Jaén aún no tiene 580.000 toneladas de aceite de oliva para la próxima campaña. El aforo solo es un cálculo de lo que se espera —la consejera insistió mucho en ello—, pero la cifra final será la que habrá en abril en las bodegas o en los libros de cuentas de las almazaras de la capital y su provincia.

Si no llueve pronto, la previsión de cosecha puede sufrir una disminución a la baja. Y en Jaén, el aceite es riqueza, empleo y lo único que ahora tiene capacidad para engrasar el motor de la economía provincial para que funcione, lo que se traslada al resto de sectores productivos. Ahora, millones de kilos de aceituna están amenazados. Si las nubes no dejan agua pronto, la cosecha pesará menos y, consecuentemente, habrá menos “oro líquido”.
Los agricultores lo saben definir bien: “Las aceitunas del secano están ahora arrugadas. Les falta agua y, si no la tienen pronto, no formarán tanto aceite como se espera. En poco tiempo, empezarán a ponerse negras. Si antes no le cae agua, ya no engordan en aceite, sino en líquidos que luego no sirven para nada”, comentaba un agricultor después de escuchar la presentación del aforo oficial. De hecho, la propia consejera de Agricultura, Clara Aguilera, muestra mucha cautela respecto a las precipitaciones.
“Si no llueve, cambiará el rendimiento. Además, si el agua cae en el invierno, solo servirá para que complique la recolección. Esperemos que pronto haya precipitaciones”, manifestaba Clara Aguilera durante la presentación de las previsiones de campaña. La maduración del fruto no es homogénea, lo que hace que algunas fincas tengan más márgenes para recibir agua que otras. No obstante, los productores coinciden en que en octubre hace falta que llueva en los olivares de secano. Por ahora, no hay previsión de que caiga agua. La Agencia Estatal de Meteorología apunta a que, en esta semana, subirán las temperaturas. Solo se prevén tímidas precipitaciones, por el momento, para San Lucas —el 18 de octubre—. Los de regadío, por fortuna, no tienen este problema. La campaña de riego se ha desarrollado sin problema alguno gracias a los recursos hidrológicos que existen después de tres inviernos muy lluviosos, por lo que sus aceitunas están gordas y muy saludables.
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